Cuando llueva, no hagas planes.
Que yo tengo un patio de colegio
en mi ombligo y ahí podrás
pasarte las horas que quieras.
No hay condiciones,
solo reglas fáciles.
Podrás jugar por las mañanas,
Hasta puedes pasarte los fines
de semanas,
tardes y noches.
Puedes revolcarte y puedes
hacer el amor ahí tantas veces
que lo desees.
Puedes desatar tus secuelas
de locura.
Nadie contará lo que pasa
ahí dentro.
Lo que pasa en mi mundo,
se queda en mi mundo.
Y mi cuerpo no es ningún
chivato de clase.
Lo nuestro, será un pequeño
secreto que guardaremos ahí dentro.
Una especie de pacto entre piratas.
Y cuando llueva,
mírame porque querré un millón de besos.
Tantos, como gotas caen en la ventana.